Ir al contenido principal

KILÓMETROS






Camino cinco kilómetros para llegar al único cyber abierto de mi pueblo.
En este momento me odio por hacerme el hippie despojado que reniega de la civilización y se va a vivir a la loma del orto, si lo único que logré es ser más adicto que nunca a sus comodidades.
Es domingo y camino cinco kilómetros hasta el único cyber del pueblo.
Cinco kilómetros rogando que el adolescente que atiende no se haya quedado dormido después del religioso pedo de los sábados. Que la tormenta de anoche no haya cortado los cables de la luz y que Arnet y la puta que te parió tenga un buen día.
Camino cinco kilómetros con Kosovo, mi perro, que me mira, feliz por retomar la tradición dueño pasea perro por el campo. Le sonrío y le acaricio la cabeza.
Llego y está abierto. Hay luz y la conexión funciona bien me dice Sebastián, que destila alcohol. Kosovo me espera, obediente, en la puerta.
Logro ocupar una máquina dos segundos antes de que se llene de pendejos que religiosamente invaden por horas el único cyber del pueblo para jugar por internet.
Paso diez minutos tratando de entrar a Hotmail. Con el Messenger ni intento. Nunca se puede abrir en este cyber.
Abriendo abriendo abriendo abriendo abriendo, me dice.
Lo miro a Kosovo, que me ladra desde la puerta.
Por fin la bandeja de entrada.
Dos spam, cuatro colectivos y ningún mail tuyo.
Cierro todo, pago y me vuelvo los cinco kilómetros pensando que caminaría los ocho mil trescientos sesenta y siete que nos separan para leer un mail tuyo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me cabode leer todo tu blog de un sopetón. me gusta mucho como escribís. Te voy a sumar entre los links en mi blog. Pienso seguri viniendo seguido. Besos
el winco verbal ha dicho que…
Vale la pena, siempre vale la pena. No te desiluciones, las cosa que no se hacen por orgullo tambien lastiman. La gente de 30 tenemos esas boludeces:DE SER ORGULLOSOS. A veces porque creemos que una arma de defensa, pero es una arma suicida.

Entradas populares de este blog

TODOS NOS LLAMAMOS ALI - 1974- R.W. FASSBINDER

“La felicidad no siempre es divertida” El miedo que come el alma al que refiere el título original ( Ali: fear eats the soul ) sobrevuela la película. Miedo a una sociedad que rechaza a esta pareja (ella varias décadas mayor, él inmigrante de color) que como reacción se aísla, primero junta, después por separado. Miedo a la felicidad y su precio; miedo a la soledad que los lleva a estar juntos para no seguir solos; que va y viene, rodeándolos, como la cámara, que empieza siendo una amenaza a la que se terminan acostumbrando. Resulta llamativo que esta historia de amor destemplada, sin comienzo ni final feliz, se haya inspirado en aquel melodrama clásico de 1955, “All that heaven allows” de Douglas Sirk. Los movimientos de cámara (no de zoom) que en aquella acercaban al espectador a la intimidad de sus personajes, en ésta se acercan para luego alejarse, dejándolos dentro de la habitación, desnudos o bailando mientras enmarca, desde lo oscuro, la imagen que ha creado. Y así se explicita

LAS MEJORES PELÍCULAS DEL AÑO (para mi)

Como todo ranking, éste es subjetivo y caprichoso. Tampoco tiene orden de prioridad. Es decir que está compuesto por películas que ahora forman parte de mi. Son distintas entre sí y casi todas pude verlas en pantalla grande, dato no menor ya que cada vez se hace más evidente la diferencia que significa el lugar, la manera y la calidad del visionado para que un film permanezca o pase de largo.  He armado dos grupos. Uno compuesto por 5 películas argentinas y otro por 6 películas internacionales.  Empecemos, pues:  TRENQUE LAUQUEN (Laura Citarella, Argentina, 2022) Las películas de Citarella son mundos (espacio), son momentos (tiempo) a los que quiero mudarme. Quiero recorrer las calles de Trenque Lauquen en la bicicleta de la protagonista; quiero escuchar el programa de radio del pueblo donde las mujeres cuentan las cosas más interesantes; quiero comer las dos medialunas que dejó el protagonista que, enamorado, obsesionado, preocupado busca a su novia siguiendo huellas imposible

Sobre "Muchachos, la película de la gente".

Filmar lo popular, construir lo argentino El jueves 7 de diciembre se estrenaron dos películas sobre el Mundial en el que Argentina ganó su tercera copa. Una,  Elijo creer , es la película oficial de la AFA. Su relato está construido mediante entrevistas de estudio, tranquilas, con distancia histórica y en la que tienen voces los protagonistas en primera persona. Es decir, considera como protagonistas solo a los que jugaron el mundial.  Mientras que  Muchachos, la película de la gente  es todo lo opuesto. Y desde los poster de ambas se plantea la clara diferencia. Mientras que  Elijo creer  pone a Messi en el centro de la imagen, con la copa en la mano, y con algunos de los jugadores satelitales a su estelaridad,  Muchachos  muestra a la selección fundida en un abrazo sin rostros sobre un mar de personas.   Ambos filmes se insertan dentro de una tradición que comenzó con  La fiesta de todos , la película oficial del mundial del ‘78, dirigida por Sergio Renán y con pequeños sketch cómic